Ciberseguridad y Estrategia a largo plazo, pero con recursos a corto… muy corto (Parte 1)

Gianluca D'Antonio
Gianluca D’Antonio
Presidente de ISMS Forum Spain y CISO de Grupo FCC. 

Que la realidad supera la ficción, por lo menos en lo que se refiere a ciberseguridad y al incremento exponencial tanto de las amenazas como de los ataques, ya no es un tema controvertido. Por lo menos, para los expertos y los profesionales del sector que saben dónde buscar datos y estadísticas. Personalmente recomiendo la página de Paolo Passeri www.hackmageddon.com para poder constatar que las tendencias van «in crescendo”.

Sin embargo, parece que la práctica de ciberseguridad es víctima de algunos de los factores limitantes que también afectaron a los Programas de Seguridad de la Información en sus primeros pasos.

Para elaborar la relación de los factores limitantes utilizaré también algunas de las categorías que Ron Collette definió en su libro “Ciso Soft Skills”.

Apatía.

Sinónimo de dejadez o indolencia, cuando referido a organizaciones estructuradas como son las empresas, es un elemento fundamental de la resistencia al cambio. Y como bien dice R. Collette, “desafortunadamente la apatía no afecta solo a la seguridad”. Mientras escribo estas líneas, Target, la empresa de distribución estadunidense que en diciembre pasado fue víctima del robo de más de 40 millones de tarjetas de crédito, publica el nombramiento de su nuevo CISO como una pieza fundamental en la campaña de imagen que está llevando a cabo para recuperar la confianza perdida de sus clientes.

El actual escenario se puede todavía definir como el primer estado de la ciberseguridad desde su conceptualización. Aunque mucho se haya escrito y analizado sobre las consecuencias de un mundo hiperconectado, desde el punto de vista organizativo, las empresas están todavía dando los primeros pasos para estructurar y aprovisionar de recursos una función que sea “accountable” para la ciberseguridad. La misma búsqueda de profesionales y expertos en este nuevo dominio es difícil, y muchas veces viene suplida con personas que carecen del background y competencias necesarias para definir una estrategia de ciberseguridad acorde con los objetivos de la organización.

Miopía.

La falta de visión a largo plazo limita de forma sustancial la capacidad de planificar una estrategia de ciberseguridad que asegure, en el sentido más amplio, la integridad de los activos de la organización. Las consecuencias de esta miopía son claras, empezando por exponer la organización a una serie de riesgos relacionados con el uso de las nuevas tecnologías y el ciberespacio que ni siquiera están definidos o clasificados por esta. En definitiva, estamos ante un approach reactivo más que proactivo, común a la mayoría de las organizaciones y determinado por la agenda de la Dirección Ejecutiva, muy alejada de los riesgos tecnológicos, hasta que se materialice el evento disruptor.

La falta de trayectoria y de dilatadas experiencias demostrables resta a la ciberseguridad, vista como la disciplina de la resiliencia, capacidad de persuasión para con los demás actores del ecosistema empresarial. Es difícil recurrir al benchmarking cuando de lo que se trata es de anticipar tendencias y acontecimientos futuros. Máxime si el ámbito en el que nos movemos es el de las nuevas tecnologías, solitamente acompañadas de una percepción “virtual” y dicotómica respecto a la real que acompaña el mundo tangible de las cosas. En otras palabras, la percepción de los actores más cercanos a los negocios acerca de los riesgos del ciberespacio es todavía muy incipiente. Por esta razón, hablar de factor primigenio cuando tratamos de ciberseguridad es muy apropiado. Estadísticamente es uno de los elementos limitantes que más aparecen cuando el análisis de las causas de un incidente va más allá de la superficie noticiable del mismo

La existencia de estos factores limitantes como son la Apatía, la Infancia, la Miopía y la Primigenia respecto de la ciberseguridad es algo indudable y fácilmente observable en la mayoría de organizaciones. Así como sus efectos, que resumiría como consecuente marginalidad de la gestión de los ciber-riesgos.

Esta marginalidad se materializa en la falta de un mandato específico, dentro de las organizaciones, que cubra la seguridad de las operaciones llevadas a cabo en el ciberespacio. Aunque mayoritariamente se pueda reconducir esta misión bajo el rol de Chief Information Security Officer (CISO), esta integración de la misión del CISO se hace de forma implícita, sin una clara asunción de este objetivo por parte de la Dirección. Una prueba de ello, es la ausencia, en la mayoría de las memorias empresariales publicadas, de una mención explícita a esta función. Sin una misión y mandato explicito que haga referencia a la ciberseguridad como un área de atención y aplicación de recursos por parte de la empresa es difícil vislumbrar un futuro próximo en el que los factores limitantes que hemos mencionado vayan reduciendo su presencia.

Hay señales positivos, empresas que han creado un rol especifico de Cyber Security Officer, o que han explícitamente refundado la función de Information Security incluyendo el dominio Ciber como parte de los objetivos de seguridad y estableciendo por ello reporting basados en métricas e indicadores específicos.

En mi próximo post trataré de ir más allá del diagnóstico e identificar las posibles estrategias para acelerar sino facilitar la reducción de estos factores limitantes.

Información relacionada y links útiles:

http://hackmageddon.com/

https://www.cisohandbook.com/

http://www.informationweek.com/strategic-cio/executive-insights-and-innovation/10-ways-to-fight-digital-theft-and-fraud/d/d-id/1127869?image_number=1

http://www.homelandsecuritynewswire.com/dr20140622-shortage-of-cybersecurity-professionals-a-risk-to-u-s-national-security

http://www.informationweek.com/strategic-cio/team-building-and-staffing/target-hires-gm-exec-as-first-ciso/d/d-id/1269600

http://blog.lumension.com/3842/the-new-cso-cyber-security-officer/